El 7 de abril de 1614 muere, en Toledo, Doménikos Theotokópoulos, "El Greco". Pero su muerte no fue su final, todo lo contrario, 1614 fue el principio.
Y así, como mejor sabía, pintando, lo reflejó él en su "Entierro del Señor de Orgaz", donde la muerte no es sino el nacimiento a la vida eterna, el viaje del alma hacia un "cielo abierto de gloria".
También lo escribió Paravicino en uno de sus sonetos:
Creta le dio la vida y los pinceles,Toledo mejor patria, donde empiezaa lograr con la muerte eternidades.
Y por eso 1614 fue el principio de la eternidad, una eternidad de la que pronto se cumplirán cuatrocientos años.
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